Saúl Luciano Lliuya, un campesino peruano, lleva a los tribunales al gigante energético alemán RWE. Lo acusa de que sus emisiones de CO2 tienen consecuencias devastadoras para su pueblo natal. Es como la lucha de David contra Goliat.
Cuando el campesino peruano Saúl Luciano Lliuya se enteró de que, desde su fundación, la multinacional alemana RWE había emitido más CO2 que todo Perú debido a la extracción de combustibles fósiles, tuvo claro que una demanda judicial podría tener éxito. En los Andes se sienten a diario las consecuencias del cambio climático, y Perú es ahora uno de los países más afectados por el calentamiento global.
La casa de Saúl y las de sus vecinos corren peligro, pues el nivel de una presa cercana al pueblo está aumentando peligrosamente a causa del derretimiento de los glaciares. Esto podría afectar hasta a 50.000 habitantes. Así que en 2015, Saúl demandó a la empresa energética RWE ante un tribunal alemán. El caso “Saúl contra RWE” podría sentar un precedente para la industria de los combustibles fósiles. Al fin y al cabo, en todo el mundo hay muchos casos similares al de Saúl y su localidad. Si gana, la sentencia podría allanar el camino para una avalancha de demandas de países pobres que apenas han contribuido a la crisis climática, pero que se ven profundamente afectados por ella.